24 jul 2012

SÓLO TÚ Y LA CARRETERA



Hay ocasiones en las que la soledad es tu mejor compañía, tienes demasiadas cosas en la cabeza, te sientes agobiada, estresada, te alejas del mundo, no quieres hacer daño a la gente que te rodea, y crees que ellos no te entenderán, porque a veces ni tú misma te entiendes.


En esas ocasiones, donde tu mente está en jaque, donde apenas duermes, donde las preocupaciones te invaden, y los pensamientos te absorben la poca energía que tienes, hay que buscar una vía de escape.


Algo parecido me pasó el domingo pasado, creo que poco a poco, me he ido echando cosas a la espalda, y cuando me he dado cuenta, apenas podía seguir caminando con tanta carga, así que salí a correr, necesitaba quemar energía, expulsar los pensamientos negativos, echarlo todo fuera, y cuando me quise dar cuenta había corrido 10 km sin parar, una horita de ejercicio físico bueno.


La música resonaba en mis oídos, notaba como mi respiración se aceleraba, mis piernas se sentían fuertes y capaces de seguir adelante, mi mente estaba en blanco, me sentía libre, y cuando las gotas de sudor que recorren tu frente y se unen a las gotas de lágrimas que brotan de tus ojos te das cuenta de que conseguiste tu objetivo, y que esa carga pesada, ahora parece más llevadera.


Y es cierto que lo has intentado, pasar, no pensar, olvidar, pero no es fácil, y a veces se acumula todo, mucho trabajo, el torneo de sala, el baile, no tener horas para una misma, para tener un equilibrio interior, tan necesario, sabes que hay cosas que deben cambiar, y sólo tu tienes ese poder de hacerlo. 


Mientras tanto la tienes a ella, y no importa nada más, sólo tú y la carretera.