Cuando el sol descansa, la luna ilumina mis pensamientos.
Cuando la gente calla, la mente habla,
no importa sin intentas huir o no escucharla,
pase el tiempo que pase logrará alcanzarte,
como una erupción volcánica que sin prisa, pero sin pausa
arrasa por donde va.
Cuando te das cuenta de que esa persona está tan dentro de ti,
ya es demasiado tarde, la razón ha perdido la batalla.
Cuando un gesto, una palabra, una mirada,
puede hacerte la persona más feliz del mundo,
o tal vez sentirte el ser más desgraciado del planeta en cuestión de segundos.
Te das cuenta de que ya no tienes las riendas,
de que tu corazón te guía, te vuelves imprevisible,
te sorprendes de las cosas que puedes llegar a hacer.
Cuando has intentado olvidarle,
besando otros labios, acariciando otro cuerpo,
sin sentir nada, y una lágrima recorre tu rostro,
por ese dolor que te estás ocasionando.
Te das cuenta de que nunca has querido a alguien así,
que es y será el causante de tus alegrías y tristezas,
y de que si él fuera capaz de darte tan sólo la mitad,
de lo que tu le darías, sencillamente serías ese volcán,
que entra en erupción y arrasa con todo.
Cuando la gente calla y reina la calma,
mi mente habla y yo...
yo sólo pienso en ti.
Cuando la gente calla, la mente habla,
no importa sin intentas huir o no escucharla,
pase el tiempo que pase logrará alcanzarte,
como una erupción volcánica que sin prisa, pero sin pausa
arrasa por donde va.
Cuando te das cuenta de que esa persona está tan dentro de ti,
ya es demasiado tarde, la razón ha perdido la batalla.
Cuando un gesto, una palabra, una mirada,
puede hacerte la persona más feliz del mundo,
o tal vez sentirte el ser más desgraciado del planeta en cuestión de segundos.
Te das cuenta de que ya no tienes las riendas,
de que tu corazón te guía, te vuelves imprevisible,
te sorprendes de las cosas que puedes llegar a hacer.
Cuando has intentado olvidarle,
besando otros labios, acariciando otro cuerpo,
sin sentir nada, y una lágrima recorre tu rostro,
por ese dolor que te estás ocasionando.
Te das cuenta de que nunca has querido a alguien así,
que es y será el causante de tus alegrías y tristezas,
y de que si él fuera capaz de darte tan sólo la mitad,
de lo que tu le darías, sencillamente serías ese volcán,
que entra en erupción y arrasa con todo.
Cuando la gente calla y reina la calma,
mi mente habla y yo...
yo sólo pienso en ti.