10 ago 2010

ÉPOCA INESPERADA


Después de una época de "locura" y pasotismo, que también ha sido necesaria, apareciste tú y rompiste los esquemas. Y es que no he conocido a nadie así en toda mi vida.
Contigo puedo hablar de todo, eres una caja de sorpresas, logras sonrojarme y me haces sentir muy especial, siéndolo tú aún más para mí.

Nunca hubiese imaginado que te encontraría en mi camino de esta forma, casi sin querer y tampoco que serías importante en mi nueva vida.

No sé de que color será nuestra historia, lo único que puedo decir es que ya me has enseñado mucho, y que una puerta se cierra y otra se abre. Nunca hay que desistir en la búsqueda de algo que te llene de verdad.

Hacía bastante que no escribía, quizás era presa de una inspiración tardía, pero ahora mi caballero andante, tan simpático y elegante me la devuelves con creces, al igual que enriqueces cada nuevo amanecer.

Saludos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi noble espada...¡Cuán bien me habéis servido! ¡Cuánta sangre de enemigos habréis bebido en el campo del Honor! Ahora yacéis inerte en el suelo al no contar con el ánima de mi fuerte brazo para daros vida, pero ya no os necesito.

Mi fiel armadura... Otrora garante protectora de mi cuerpo. Magnífica efigie, siempre resplandeciente en el campo de batalla, bajo cuyo pesado yelmo se ocultaba mi semblante altivo. Despojada de mi cuerpo no parecéis más que un montón de chatarra, pero ya no os necesito.

Y así pues, inerme y desnudo, me presento ante Vos. Todas las batallas y glorias del camino quedan atrás. Mi errante búsqueda como caballero andante ha concluido porque Vos sois mi Santo Grial.

José Antonio.

Nidia Magna dijo...

Mi fiel caballero andante, te encuentro aquí con serio semblante, dejando batallas a la espalda, rindiéndote a los pies de esta humilde doncella. Sin armas, sin escudo te muestras desnudo, ¿qué me ofreces?, ¿acaso tienes algo diferente de otros caballeros que ya pasaron por mi corte?

:)

Anónimo dijo...

Mi Reina y Señora:

Encuéntrome aquí, en aquesta vuestra Corte. Como veis, despojado de todo cuanto poseía: armas, armadura y glorias pasadas. Nada tengo para ofreceros más que a mí mismo en cuerpo y alma. Mi cuerpo ya lo habéis visto, pero recordad que lo más importante de un hombre es invisible a vuestros ojos. Acercaos, por favor, y poned vuestra grácil mano sobre mi torso desnudo. Sentid el poderoso rugido de este corazón cual fiero león. Lo que yo os ofrezco, a diferencia del resto de caballeros que habéis conocido, es el reto de que seáis capaz de enjaular y domesticar al fiero león. ¿Os veis capaz, mi Reina? :P

José Antonio.

Nidia Magna dijo...

Lentamente me acerco al caballero, que dándoselas de fiero león me mira fijamente cual corderito degollado.

Sin más preámbulos se arrodilla ante mis pies, le miro y acariciándole levemente su espalda desnuda le invito a levantarse.

Sus ojos se cruzan con los mios, una extraña sensación me invade, el frío me quema, el calor que desprende ante mí hiela mi corazón solitario e impenetrable hasta entonces.

En ese momento se oyó un chasquido casi imperceptible, eran las puertas de mi alma que quedaban entornadas a las fauces del fiero león que a mi lado se postraba.

Anónimo dijo...

Siento el deslizar de los delicados y frágiles dedos de mi Reina sobre la espalda, provocando en todo mi ser un escalofrío hasta entonces desconocido. Mi alma duda. ¿Por qué? Jamás en 1.000 batallas contra temibles enemigos conocí el miedo. ¿Qué es esto que siento?

Accedo a la muda petición de mi señora de incorporarme. Por un instante, me percato de cómo sus ojos me examinan con curiosidad, escrutando cada ínfimo detalle de mí. Finalmente llegan a mi otrora arrogante rostro y se detienen en él. ¡Otra vez la misma sensación de antes! Su mirada indagadora alcanza mis ojos por un instante. ¡Dios! Sé que por mi posición social debería apartar la vista, pero mi cuerpo se rebela y se niega a cumplir con la ley de los hombres que ha dejado de tener sentido para él. Pero...¿qué es eso? ¡Un leve temblor en su dulce mirada! ¡Mi Reina ha mostrado un prácticamente inapreciable titubeo!

Mi corazón, con bríos renovados, me demuestra que vuelve a ser el vencedor de mil contiendas. Me impulsa a que quebrante las leyes sociales establecidas. Sólo mi estricto código de Honor lo retiene... ¡Pardiez! ¿Por cuánto tiempo más podré contenerlo? Es como retener una enorme cascada con las manos desnudas. Todo mi ser la desea con todas sus fuerzas. Insconscientemente, mis labios se entreabren demandando los de mi soberana mientras aguardan otro gesto inapreciable en ella.

José Antonio.

Nidia Magna dijo...

Es difícil escapar a las tentaciones, sobre todo si son tan cercanas. Sus labios apenas estaban a unos cuantos centímetros de los míos, mi cuerpo ardía deseoso por besarle, pero mi razón luchaba contra mis instintos más salvajes.

Pero en ocasiones el corazón y el deseo gana la lucha y esta fue una de ellas.

Me acerqué levemente a él mirándole fijamente a los ojos, con mi mirada le pedía un beso apasionado, ese caballero helado mi corazón había robado.

Ya sólo me quedaba tirar la toalla y caer en sus brazos que tanto me deseaban.

ayyy! jaja

Anónimo dijo...

La reina se acercó a mí con los ojos reflejando la pasión carnal que tentaba todo su cuerpo. Me quedé inmóvil e impasible. No pude hacer nada, pues caí prendido en su embrujo convirtiéndome en su prisionero. La abracé firmemente, la miré a los ojos diciéndonos mudamente lo que sentían nuestros corazones, y nos besamos.

Te quiero mi vida. :)