Los primeros días en mi nuevo trabajo, pensaba en como tratar a los chicos del cuarto, jóvenes de 13 a 15 años, la verdad es que después de darle muchas vueltas a la cabeza decidí en actuar según mis principios, según mi instinto(aunque ahora no pueda hacerlo mucho).
La cosa no era tan difícil, ellos sólo querían llamar mi atención, que yo estuviera con ellos, que les escuchara, que me sentara a su lado. Pues sí, no fue nada complicado, apenas llevo tres semanas con ellos y ya tenemos nuestra propia rutina. Es tan simple como contarles una historia, hablar de fútbol, escuchar lo que les ha pasado en ese día o responder algunas de las preguntas que hacen.
Pero ante todo, es dejar volar mi imaginación, cuando ellos me piden que les cuente una historia, me la invento en ese mismo momento, ellos me escuchan atentamente y en silencio. Cuando acabo la historia, me dicen lo mucho que les ha gustado pero que ha sido demasiado corta. A la mañana siguiente me dicen que sería buena para escribir relatos, pues las historias son muy originales.
Por mi parte, sonrío al recibir estos halagos de mis jóvenes del cuarto, y les digo que cualquiera de ellos sería capaz de crear una historia única y original, que ese es nuestro poder, nuestra imaginación, y aunque sólo unos pocos puedan escribir un libro, todos podemos escribir nuestra historia, dirigir nuestra vida.
Quizás ellos no comprendan la complejidad del asunto, pero ya conozco sus gustos y aficiones más ocultos, y es que allí tengo a un poeta, un chico duro por fuera y sensible por dentro, no se porque pero me recuerda a mí cuando tenía su edad, esa chica rebelde, fuerte por fuera que siempre ocultaba sus sentimientos, y sus vulnerabilidad al mundo exterior.
Por eso chicas y chicos dejad volar vuestra imaginación, haced que vuestra vida sea vuestro sueño y luchad para que ese sueño se haga realidad.
Un grandísimo beso.
P.D: Voy a hacer mención a mis chicos que luego se enojan; Marcos, Esteban, Juan Carlos, Antonio, Raini y Daniel. Proximamente aumentará la familia, tres más Marc, Enrique y Sergio. Pues eso que vaya equipazo que tenemos en el cuarto.
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